
DUELO NO PREPARADO – CICATRICES DEL COVID-19
Después de más de 4.5 millones de muertes, la pandemia Covid 19, deja muchas cicatrices. Entre una de ellas, no estar preparados para enfrentar el duelo.
El número es alarmante por la cantidad de vidas que se han cobrado en menos de 2 años. Al comparar esta tragedia, con la Guerra de Vietnam, por ejemplo, que duró de 1961 a 1974, un poco más de 13 años, el número de muertos, incluidos civiles y militares, según Lewy, Guenter (1978) -América en Vietnam, pasó de 3,2 millones, es decir, en dos años, fuimos testigos de la pérdida de más vidas que en una guerra que duró 13 años.
Miles de familias han sufrido el dolor de perder a sus seres queridos abruptamente y, en su mayor parte, sin al menos tener la oportunidad de decir su último adiós o incluso tener en una ceremonia fúnebre digna, respetuosa y por qué no decir, humana.
El sector funerario mundial actuó a punto de colapsar operativa y emocionalmente (algunos colapsaron), por las numerosas asistencias simultáneas y cientos de historias de vida narradas a los profesionales funerarios, por las familias de los que se fueron.
La manera grosera y bestial en que se celebraron las pseudo ceremonias fúnebres, causó profundas marcas a lo largo de una generación, en todo el mundo, ya que se les impidió brindar homenajes dignos y despedidas a sus familias.
La mayor parte del sector funerario mundial conoce la importancia de vivir el velatorio, la ceremonia y la despedida, en el proceso de preparación del duelo, sin embargo, por razones ajenas a nuestra voluntad, nos vimos obligados a negar esta importante etapa, a los familiares que perdieron a sus seres queridos.
¡Los daños colaterales y los reflejos de esta catástrofe emocional nunca dejan de llegar!
Cientos de miles de personas están presentando síntomas de depresión, ansiedad y otros trastornos psíquicos, causados por un duelo no elaborado, porque los miembros de la familia no pueden reestructurarse y terminan convirtiéndose en una cierta etapa del duelo, con extrema dificultad para aceptar la pérdida.
Este duelo no resuelto está interfiriendo con el estado emocional de la persona, impactando profundamente la vida de todos los que han experimentado este trauma.
Vemos, como urgente, la necesidad de que las empresas del sector funerario, se apoyen en profesionales del ámbito de la psicología, trabajen con estas situaciones de pérdida, y ofrezcan apoyo a las familias en duelo, sin olvidar nunca que la muerte de un ser querido , nunca se puede superar realmente, porque nada, ni nadie, puede ocupar el lugar del que se fue, sin embargo, si los profesionales de la psicología ayudan a las personas a llevar a cabo el proceso de duelo de una manera saludable, sin duda, podrán reposicionarse. ante esta situación y, con el tiempo, restablecerse.
Para un servicio humanizado, centrado en las personas, ¡el sector funerario necesita reflexionar sobre esto! ¡La industria funeraria tiene esta misión! ¡Es nuestro deber y misión ayudar a estas familias que nos han confiado su bien más preciado, el cuerpo de su ser querido!