Interés General

La importancia de la Inteligencia emocional en el sector funerario.

Algunos de ustedes os sentiréis  familiarizados al escuchar el termino Inteligencia Emocional, pues para aquellos que no hoy yo les quiero explicar un poquito en qué consiste la inteligencia emocional y lo importante que ésta es para el sector funerario. Primero haremos un pequeño viaje a la historia de ésta para comprender el concepto de Inteligencia emocional, para ello es necesario explorar los términos que lo componen inteligencia, emoción y su etimología.

Si buscamos en internet la etimología de dichas palabras encontrarás resultados como éstos: la palabra ‘inteligencia’ proviene del latín inteligencia   o intelectos, que a su vez provienen del verbo intellegere; término compuesto   de inter («entre») y legere («leer, escoger») que significa comprender o percibir.   La palabra “emoción” proviene del latín emotivo, emotionis, nombre que se deriva del verbo emovere. Este verbo se forma sobre moveré (mover, trasladar, impresionar) con el prefijo e-/ex- (de, desde) y significa retirar, desalojar de un sitio, hacer mover. Si juntamos estas 2 terminologías podríamos decir que se puede resumir como: percibir mis sentimientos, comprender por qué lo siento y gestionar este sentimiento, que hago con lo que siento y como lo gestiono sanamente.

Desde el siglo XVIII, los psicólogos han reconocido una influyente división de la mente en tres partes:

Cognición, incluye funciones tales como la memoria humana, el razonamiento, el juicio y el pensamiento abstracto.  La inteligencia es usada para determinar el grado de funcionamiento de esta esfera cognitiva.

– Afecto: esta esfera afectiva del funcionamiento mental contempla las emociones en sí mismas, los estados de humor, las evaluaciones y otros sentimientos o estados, incluyendo la fatiga o energía.

Motivación (donación) Aquella parte de la vida mental de una persona relacionada con los anhelos, los esfuerzos, las motivaciones, las tendencias y los deseos, que hago con lo que siento y cómo lo gestiono sanamente.

Por tanto, las definiciones de inteligencia emocional deberían conectar emociones con inteligencia, en el sentido de que ambos términos tienen que ser contemplados en éstas. Algunos autores utilizaron conjuntamente las palabras inteligencia y emoción, sin embargo, los grandes   referentes son Salovey y Mayer (1990) y posteriormente Goleman (199 5) quien popularizó y divulgó universalmente este término.

Para ellos, la inteligencia  emocional consistía en la capacidad para supervisar los sentimientos y las emociones de uno mismo y de los demás, de discriminar entre ellos y de usar esta información para la orientación de la acción y el pensamiento propios.” (Salovey y Mayer, 1990, p.189).

Estos propusieron   más tarde, la siguiente definición: “Un conjunto de habilidades que explican las diferencias individuales en el modo de percibir y comprender nuestras emociones.

Esta a su vez puede entenderse como:   el conjunto de conocimientos, capacidades. utilidades y actitudes necesarias para comprender, expresar y regular de forma apropiada los fenómenos emociónales.

Para aprender a gestionar nuestras emociones es importante no buscar fuera, porque nuestras sensaciones, o sea lo que sentimos está dentro, por lo tanto, debemos buscar dentro nuestras propias emociones, aprender a escucharlas, sentirlas y aceptarlas.

Recordemos que nuestras emociones siempre cumplen una función beneficiosa, estas son variaciones de nuestro estado de ánimo provocadas habitualmente   por pensamientos, recuerdos, anhelos, pasiones, etc. y dentro de ésta malgama de emociones que existen no las hay ni buenas ni malas, simplemente son. ¿Pero … para qué sirven las emociones? Las emociones nos proporcionan información de cómo estamos, qué pensamos, qué necesitamos, de cómo vivimos en nuestro interior y lo que sucede en nuestro exterior; dirigen nuestra conducta y nos ayudan a tomar decisiones.

Y me preguntareis, ¿es posible controlar nuestras emociones?  Si lo es, aunque es difícil.  Hay varios consejos para tener un buen control de las emociones y con ello una buena inteligencia emocional, puedo aportarles algunos:

1 – Autoconciencia: es la habilidad de reconocer e identificar las emociones en ti mismo, así como su origen. ¿Qué siento, cómo lo siento y porqué siento esto?

2 – Autocontrol:  es tu capacidad de controlar los impulsos y retrasar la recompensa  inmediata.  ¿Esto que siento, lo puedo controlar?  ¿Lo puedo gestionar de manera tal que no me haga daño ni dañe a otras personas?  ¿Qué puedo aprender?

3 – Empatía: la habilidad para conectar con las emociones y motivos de los demás. Entiendo cómo te sientes en este momento y estoy aquí para lo que necesites.

4 – Habilidades sociales: la capacidad de relacionarte satisfactoriamente con los demás, gestionar  conflictos, comunicarte  claramente  e influir sobre las personas y no exigir que la realidad se adapte a nuestro estrecho punto de vista.

Os habéis dado cuenta que el autocontrol, la empatía y las habilidades sociales suelen estar presentes en el 85% del personal que trabaja en el sector funerario.   ¿Qué sería de el personal de servicios funerarios (tanatopractor, funerario, comercial, recepcionista, etc.) que trabaja en una empresa fúnebre sin autocontrol? Sería una labor imposible de realizar, se pondrían a llorar cada vez que un familiar compungido viniese a hablar con ellos, ya que al igual que todas las demás personas han perdido alguien en la familia y es imposible no recordarles  en esos precisos momentos, por lo tanto, todos los personales tienen un alto autocontrol increíble; al igual que la empatía, empatizar lo necesario para que las familias que están pasando por ese periodo de pérdida se sientan comprendidas, atendidas, escuchadas y a su vez se despreocupen por las gestiones; se sientan libres de hacer sus peticiones porque el personal funerario hará lo humanamente   posible para que todo salga como desean, de manera tal que ellos solo deben preocuparse por acompañar a su familiar en estos últimos momentos.   Esto señores, son habilidades sociales, otro de los puntos que se requieren para tener una buena inteligencia emocional.

Por todo esto podríamos  decir que el personal  del sector funerario  solo debe recordar  de lo que es capaz, señores  directivos de empresas  funerarias,  la innovación  es la clave del éxito, enseñar  e instruir  a su equipo es importantísimo,    que sepan utilizar estas herramientas,   guiarles  para alcanzar la visión que os propongáis,   si formamos y le enseñamos   cuáles son sus puntos fuerte seguramente  ustedes  como empresa   marcaran  la diferencia,  ya que uno de los mayores recursos  que posee nuestro  sector  es la calidad humana,  porque  esto nos ha enseñado  este sector,  que lo que de verdad importa  está dentro y aquí me remito al punto uno, Autoconciencia: es la habilidad  de reconocer  e identificar las emociones  en ti mismo, así como su origen.¿ Qué siento,  cómo lo siento y porqué  siento esto?

En resumen,  podríamos   decir que el personal  funerario  posee gran valía y muchísimas  cualidades  en lo que a inteligencia emocional se refiere  lo que obliga, ahora más que nunca, a los operadores  del sector a hacer bien las cosas a la hora de atender  a los familiares y allegados de los fallecidos, proporcionando     a los equipos;  funerarios,  recepción y  comerciales  las herramientas,                         profesionales  y emocionales, necesarias  para aproximarse  a las familias de la forma más idónea, en un momento  tan difícil para todos como es el del duelo.

“Aquel que conquista a otros es fuerte, aquel que se conquista así mismo es poderoso.”  Lao- Tés

Mostrar más

Silvia Lilianna Méndez

España. Coach certificada con especializaciones en Inteligencia Emocional, Valores, Practitioner de PNL y acreditada en la herramienta el Mapa del Estrés (Zinquo). Counsellor con Gestión Emocional y Afrontamiento del Duelo y Organización, Administración y Gestión de Eventos Funerarios (UNIVERSIDAD ANTONIO DE NEBRIJA DE MADRID) Cuento con Creadora de C.R.E.C.E.R, para el acompañamiento en el duelo a las personas y familias dolientes para que sean capaces desarrollar y entender que se puede vivir después de la muerte.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 
Botón volver arriba