Interés General

LA IMPORTANCIA DEL SECTOR FUNERARIO MUNDIAL ANTE LAS PANDEMIAS.-

Desde tiempos inmemoriales el mundo ha sufrido epidemias y pandemias producidas por virus y bacterias, el Siglo XXI no escapa de lo que sus antecesores siglos tuvieron que pasar, entre guerras, conflictos, conquistas. En medio había un enemigo microscópico que inimaginablemente la humanidad sabía que existían, tuvimos que combatirlas a medida que estas bacterias o virus se fueron desarrollando y mutando, esto le costó la vida a millones de seres humanos que fallecían a la vista horrorizada de la humanidad, a la par de la situación la ciencia y tecnología iban surgiendo por medio de ensayos y errores, aprendiendo como combatir dichos virus y bacterias.

Fueron pandemias como: La Peste Antonina, Plaga de Justiniano, Las Gripes (rusa, española, asiática y Hong Kong) La Viruela, Cólera, Sarampión, Peste Negra, El Ébola y el V.I.H., consideradas las pandemias más mortíferas que haya conocido la humanidad. Dejaron un trago muy amargo de terror, desolación y tristeza, esto permitió a la comunidad médica mundial, científicos, virólogos y nuevas tecnologías combatir eficazmente cada pandemia, generando grados de conocimientos que actualmente se están renovando.

Este Siglo XXI no podría escapar con todo y tecnología de las primeras embestidas de estos virus, a comienzo de este siglo fue el SARS (2002-2004 con más de 774 mil muertes), le siguió La INFLUENZA (AH1N1) (2009-2010 más de 560 mil muertes), MERS (2012 más de 700 mil muertes), Brote de Ébola (2014-2016 más de 230 mil muertes), ZIKA (2014-2016 aún se desconoce el número exacto de muertes) y el COVID-19 (2019-2020 con más de 1.3 millones hasta la fecha de este escrito).

 La INFLUENZA  (AH1N1) en el año 2009, se originó entre México y Estados Unidos y generó entre 150.000 a más de 560.000 muertes en todo el mundo, vimos con estupor la gente llevando mascarilla y la impresión de muerte que generaba, sin embargo cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS), un 29 de Abril del 2009 eleva a Pandemia nivel 05 y luego 06 el mundo se estremeció, aun así no se detuvo la economía, al contrario la gente tomó sus medidas de bioseguridad con el tapabocas y la vida cotidiana se mantuvo igualmente hasta el año de la desaparición o control total de la pandemia influenza.

La participación del Sector Funerario estuvo en sus niveles máximos, de prestación de sus servicios sin restricciones de ningún tipo, igualmente en los casos de los cementerios las inhumaciones se hicieron normales sin cierre de cementerios, los protocolos de Bioseguridad se establecieron, tal como se utilizan cotidianamente en los casos especiales de fallecimientos como el Sida, tuberculosis, o cualquier tipo de muerte que sea considerada infecciosa. Nuestro sector atiende todo tipo de fallecimientos en todo el año, no escatimamos en atender el llamado público en general.   

HISTORIA DEL SECTOR FUNERARIO MUNDIAL

Desde que se tiene conocimiento de los ritos funerarios, comenzando por los Neandertales, pasando por el Imperio Romanos, la Antigua Grecia, egipcios, Maya, Aztecas, Inca, la Dinastía China, India y japonesas, sin menospreciar las otras civilizaciones en el mundo, estas han sido las más relevante en los tratos de atención a los fallecidos, sin estos profesionales de la muerte, la historia hubiese sido no distinta, sino más compleja en descubrir los antepasados de todas las civilizaciones.  Con el surgimiento de la era moderna, nacen las agencias de funerarias, realmente se desconoce cuál fue la primera funeraria establecida en mundo, se habla de una en los Estados Unidos, pero no podemos confirmar que verdaderamente sea la primera.

El  surgimiento de la comunicaciones radiales, televisivas, internet y otros medios actuales, han permitido escudriñar nuestro pasado, en ello esta los servicios funerarios y sus diferentes tipos de servicios que han permitido la atención de cada comunidad, conjuntamente con los cementerios y crematorios siendo estas las tres primeras más relevantes, con el venir de los años han surgido nuevas alternativas movidas por el crecimiento poblacional mundial, alternativas como la Hidrólisis Alcalina, Nitrógeno Líquido, Cápsula Mundi y Biodegradables.

Debemos suponer que nuestros primeros funerarios tenían un conocimiento ancestral en las practicas funerarias que aplicaban no solo en la posición del cuerpo, sino de los detalles que eran colocados a los difuntos con un conocimiento astral o de suposición de vida más allá de la muerte, ¿quiénes los indujeron?, se presume que estas prácticas se les adjudica a los chinos y la India, pero quienes indujeron a los americanos, desde Canadá hasta la Patagonia creemos que los mismo, porque la similitud del trato en los ritos funerarios son muy parecido.

Creemos que estos Funerarios escogidos por su comunidad eran los únicos que se ocupaban de esta labor, así como los carpinteros, herreros, guardianes, albañiles, entre otros, cada quien tenía su tarea, a veces por la providencia, necesidad o vocación, pero necesaria, porque como en nuestros tiempos actuales, no todos tienen el mismo estómago, como dice el dicho: ZAPATERO A SU ZAPATO.

Ha sido significativo el aporte del sector funerario desde la prehistoria hasta nuestros tiempos, pero también ha sido ignorada, no sabemos de su participación en relación a la historia universal, no vemos que en los conflictos, guerras, independencias y pandemias antes del siglo XXI, se hable de un sector funerario, no hay registro que permita conocer la historia en este sector. Podemos entender que la palabra funerario proviene de “funeral” que a su vez deriva del latín “funeralis”, sin embargo, la palabra funerario es de reciente data y aunque hemos estado presente desde siempre, no teníamos nombre, es desde la época moderna que se habla de la palabra funeraria o funerario, siempre hemos estado y estaremos presentes, manteniendo la buena relación de empatía y hasta familiar entre funerario y comunidad.  

Siendo así, se puede considerar funerario todo aquel que lo practica, desde los ritos funerarios antiguos hasta los servicios funerarios actuales, vemos que no ha cambiado su estructura, pero sí una cantidad importante de  detalles en los protocolos,  ceremonias, sepelios y velaciones, esto ha permitido la profesionalización por parte del sector en las buenas prácticas, no podemos desconocer que también tenemos inescrupulosos que se esconde detrás de nuestra figura como funerarios, el cual les ha hecho mucho daño en a la imagen. 

LA PARTICIPACIÓN DEL SECTOR FUNERARIO MUNDIAL ANTE LAS PANDEMIAS 

Desconocemos actualmente como fue la participación de funerarios ante las primeras pandemias conocidas como La Peste Antonina año 166-188 DC., Plaga de Justiniano año 541-542 DC., Peste Negra año 1347-1353 Cólera año 1817, La Gripe Rusa año 1889-1890,  creemos que parte del sistema se activó como los que fabricaban los ataúdes y quienes hicieron las inhumaciones en los cementerios o espacios destinado a enterrar o cremar, seguramente la participación de los habitantes dispuestos u obligados hacerlo era parte de la solidaridad, ya que el desconocimiento era total, el impacto en esa época ante la muerte presente por las calles y pueblos era evidente, las organizaciones improvisadas en su mayoría, optaban por atender los muertos.

Era así una forma de  atender en esas épocas una pandemia, la solidaridad pública emergía porque el mal era para todos, y eran precisamente trabajadores funerarios a quienes buscaban para esta labor por la experiencia que les daba la cotidianidad y años atendiendo muertos, los más conocidos los enterradores, Tanatopraxistas o embalsamadores, esta última técnica no se aplicaba porque en pandemias, lo significativo es el número creciente de muertes de personas diarias no permitían hacerlo, ya que se abarrotaban los muertos en las ciudades o pueblos lo que creaba un caos, que hasta estos insignes trabajadores morían en la atención de sus fallecidos, emergiendo nuevas generaciones que precisamente estas experiencias fueron adaptando conocimientos y prácticas. 

En nuestra era actual ya en siglo XX las pandemias Española año 1918,  Asiática año 1957-1958, Hong Kong año 1968, La Viruela año 1977-1980,  Sarampión año 1954, El Ébola año 1976 y el V.I.H. año 1980, generó millones de muertes que a diferencia de los anteriores siglos, se activó todos los sistemas de servicios funerarios aún presente como las agencias de funerarias o tanatorios, crematorios, cementerios privados, Tanatopraxistas, embalsamadores, tanatoesteticos y otros colaboradores como los bomberos, Defensa o Protección Civil, Cruz Roja, la Organización Mundial de la Salud y todo los organismos gubernamentales y privados que ayudaron mucho en la organización y distribución de cadáveres, en este sentido los crematorios han sido los más relevantes del siglo XX, como una alternativa a los cementerios, precisamente desbordados, el cual igualmente nos vimos en la necesidad de sepultar en fosas comunes.

La Activación de todo un sistema organizativo por parte del sector funerario mundial y todos los organismos de los países afectados por estos virus, fueron clave crucial para las experiencia adquiridas  para los procesos de atención, entre ensayos y errores pasamos pandemia por pandemia, la comunidad internacional y la Organización Mundial de la Salud trajo consigo la creación de los protocolos de bioseguridad a seguir en los casos subsiguientes de nuevas pandemia o brotes de anteriores, caso que igualmente se trataban pero nos bastase la experiencia internacional si el país afectado no había pasado por una pandemia, entonces veíamos el colapso de los sistemas incluyendo los servicios funerarios, creemos enfáticamente que las comunicaciones no eran efectivas como las del siglo XXI con las redes sociales y la internet.

Si las redes sociales y la internet hubieran existido a comienzos del siglo XX, las historias hubiesen sido distintas, esta afirmación es clave para poder entender qué nos pasó con el Covid-19 en pleno siglo XXI. Las Redes Sociales son hoy un instrumento fundamental comunicacional que nos permite en tiempo real activar los sistemas de atención de cada país, estamos seguro que la comunicación efectiva que da la internet y redes sociales hoy, nos hubiera ayudado mucho más en el siglo XX, para atacar cualquier pandemia desde el brote hasta el origen. Esta pudiera ser una de las causas que en el siglo XX se originó lamentablemente entre todas las pandemias vividas, millones de defunciones en todo el mundo.  

EL COVID-19 Y EL SECTOR FUNERARIO MUNDIAL

El mundo se amanece un 20 de diciembre del 2019 con una alerta de un nuevo Brote Epidémico, pero no es sino el 30 enero del 2020, cuando las autoridades chinas y la O.M.S. la declaran una emergencia sanitaria de “preocupación internacional”, fue el 11 de marzo del 2020 que la O.M.S., declara oficialmente que es una pandemia, esto tomó al mundo como una bomba expansiva el cual les vendría muertes y desolación.

Las pregunta que nos hacemos los ciudadanos de este mundo, es ¿Por qué, si venimos con experiencias vividas no solo del siglo pasado sino de este mismo siglo XXI nos agarró de sorpresa una nueva pandemia llamada Coronavirus o Covid-19?, que es una enfermedad infecciosa causada por el virus SAR-cov-2, resulta ser que este virus es hermano del SARS-cov-1,  este apareció en la provincia China de Cantón un 2002 y se propagó por algunos meses por todo el mundo, igualmente originada por las partículas de saliva que emanamos los humanos por toser, estornudar o hablar que quedan en el aire y todo lo que tocamos, esta fue contenida rápidamente, infectó a  más de 8 mil personas  y originó más de 900 muertes.

Si ya habíamos pasado por tantas pandemias y por el hermano del Covid-19 el SAR-cov1, porque la O.M.S y el Gobierno chino, no actuaron eficazmente, como se hizo tarde con el coronavirus, y no se aisló del mundo a la provincia china de Wuhan, si con toda experiencia y muerte que originó las primeras pandemias del siglo XXI y las mas mortífera antes del Covid-19, siendo una de las más reciente, la Influenza (AH1N1) en el año 2009, que originó más de 500 mil muertes, El Covid-19 detuvo al mundo y colapsó parte de los sistemas incluyendo los servicios funerarios.

Sera que fue más efectivas las Redes Sociales en el 2019 que las de los anteriores años, que nos permitió ver el horror que nos vendría, o lo tardío de la reacción del gobierno Chino y la O.M.S., creemos que las dos, todo brote de cualquier virus que se produzca en cualquier parte del mundo, con la experiencias vividas, se deben tomar medidas drásticas inmediatas, llevamos siglos de llamado de atención, que si se conoce de un nuevo brote viral, no lo podemos seguir subestimando ya que se han repetido consecutivamente en toda la historia humana, sabemos que debemos aislarnos para poderlos combatir, es la única manera por ahora, sin esta medida tardía de aislarnos a pesar que el coronavirus ha traído muertes y ya superó el doble de fallecidos a la Influenza (AH1N1) es aún considerada moderada a las anteriores pandemias del siglo XX que superaron millones de defunciones en todo el mundo.

QUÉ LE PASÓ AL SECTOR FUNERARIO MUNDIAL

A pesar de que todo el sistema de servicios funerarios se activó con ayudas de otros organismos, fue en  áreas como los cementerios, morgues y crematorios donde se vio colapsos, a medida que con estupor veíamos el incremento de muertes en China, Italia, España, Francia, Inglaterra y Rusia, cada país se defendía como podía por las embestidas diarias de muerte, el sector Funerario fue fundamental en la atención de familiares que por sugerencia de la O.M.S., no se podían velar, al principio esto nos tomó a todos tanto al sector funerario como a los familiares de los difuntos por sorpresa, estábamos acostumbrados a velar nuestro deudo hasta por dos días y de repente nos quitan esta opción, además restringen el número de personas que puedan ir a los sepelios o crematorios. Pero a medida que iban surgiendo más casos de contagio y muertes en la comunidad europea, China y en el continente americano, las restricciones se hicieron en más estrictas, entonces, no sólo por muertes de Covid-19 sino por cualquier causa, en estas circunstancias nos vimos todos afectados. 

No es desconocido en nuestro sector, que para las agencias de funeraria el mayor ingreso es precisamente el alquiler de sus salas velatorias o al domicilio, a ello se le suma los protocolos y logística (cafetín, refrigerio y comida), todo afectado por las medidas de restricción de horas y número de  familiares a nuestras salas de velación, nos tuvimos que reinventar con los servicios online y eran los Covid-19 que nos sacó a trabajar en la atención de estos fallecidos, entre uniformar a nuestros trabajadores, inducirlos en las prácticas de bioseguridad, una cosa compenso la otra, aquí ya no era ofrecer un servicio completo, sino tener buenas unidades y disponibilidad de ataúdes, para ahora solo retirar y llevar fallecidos por Covid-19 a cementerios o crematorios, sin dejar de atender en ningún momento a nuestros afiliados y público en general. 

Sectores Funerarios de países como Ecuador, Perú, Bolivia, Brasil y los Estados Unidos, sus sistemas colapsaron, uno por no atender fallecidos por Covid-19 que murieron en calles y residencias, segundo por crear cementerios improvisados en lugares inhóspitos que por imágenes de drones, vimos recrear tiempos de guerra, quemar cadáveres en vías pública por ignorancia fue lo más espantoso, la pregunta ¿porque?, ¿pudo más la ineptitud o el de desconocimiento? -creo que ambos, el terror que se infundió por videos e imágenes de los medios de comunicación, internet y redes sociales también fueron participe de tal propagación que despertó conciencias, hacer entender que el aislamiento, además de tomar las medidas mínimas de bioseguridad como el tapabocas, lavarse las manos y procurar no tocar nada, era parte de la protección que debíamos hacer, pero se sumó también la ignorancia en el tema.

La ignorancia es una acción natural del ser humano, todos tenemos conocimientos en unas cosas e ignoramos otras. Pero el desconocimiento en algo, no nos exime de responsabilidades y mucho más cuando existen experiencias anteriores vividas, el regaño va para todos, inclusive nosotros los funerarios. Vi al principio de esta pandemia, desaparecer funerarios de las áreas cercana a las morgues, cuando eran casos Covid-19, creyendo que serían infectados si estaban cerca, cuando regularmente viven allí, esperando convencer de sus servicios a dolientes, así mismo pasaba en peajes, alcabalas, estaciones de servicios que al ver nuestra unidad, corrían despavoridos como si la unidad expulsaba Covid-19, esto aún pasa, ya no tan exagerado como al principio, pero sigue sucediendo y de seguro en todo el mundo. 

QUÉ DEBE HACER AHORA EL SECTOR FUNERARIO MUNDIAL ANTE ESTA Y LAS PRÓXIMAS PANDEMIAS.

Lo Primero es perder el miedo, tener confianza en los protocolos, las herramientas, experiencias, la internet y redes sociales que tenemos son hoy imprescindibles, cosa que nuestros antecesores no tenían en su mayoría, el Sector Funerario Mundial el año 2019 atendió más de 160 mil defunciones en todo el mundo, estas muertes generadas por todo tipo de causas, inclusive infecciosas como el Sida, AH1N1 y muchas más que nuestro sector atiende diariamente.

Esta última pandemia del Covid-19, enseñó al Sector Funerario Mundial a reinventarnos, pero también demostrar nuestras capacidades de fabricación de ataúdes, movilidad de unidades fúnebres, utilización de trajes de bioseguridad, uso de sustancias químicas de asepsia y antisepsia de alto espectro, hipoclorito y otras para la desinfección del personal expuesto y lugar de retiro de cadáver, se incrementó el número de trabajadores en agencias de funerarias, cementerios y crematorios. Nos vimos en la necesidad de instruir a nuestro personal en las buenas prácticas y procesos de bioseguridad.

Debemos de prepararnos para nuevas embestidas de virus, guerras, catástrofe naturales, conflictos y cualquier otras que causen víctimas masivas, los ciclos de aumento exponencial de fallecidos en todo el mundo nos indica que el reloj biológico y esperanza de vida se está adelantando, entre los años 2020 hasta el 2070, el número de fallecimientos será de aumento constante por aceleración, estos nos está advirtiendo antes, que debemos prepararnos para la ola de fallecimientos en todo el mundo, esto lo deben saber científicos, matemáticos y estadistas, nosotros tenemos responsabilidades de atención porque así nos lo permite la sociedad, somos un servicio de primerísima necesidad, pero solos no podemos, necesitamos la ayuda de los gobiernos del mundo, esto se deriva a que todo colapsa, no porque no podamos hacerlo, sino por el número creciente, factor clave para tomar medidas hoy, no cuando los picos aumenten.          

QUE NOS ENSEÑÓ EN COVID-19  

Que no podemos seguir subestimando las bacterias y virus, que, en todo brote, se debe aislar del mundo la zona de origen. Que fabricantes de ataúdes deben incrementar su producción paulatinamente, en especial de nuevos ataúdes diseñados para humanizar estos casos que permitan ver al fallecido por última vez, tener a disposición las sustancias químicas así como de trajes de bioseguridad, que estoy seguro que con esta última experiencia serán de uso frecuente, de adquirir nuevas unidades fúnebres,  de incrementar nuestro personal, que los cementerios deben aumentar las unidades de enterramientos verticales y horizontales, incrementar los hornos crematorios en ciudades y pueblos como alternativa tomando en cuenta el ejemplo de un empresario  funerario de Bolivia, con el uso de un crematorio movible, es viable y más en estas circunstancias y capacitarnos mucho más.   

CONCLUSIÓN 

El Covid-19 dejó un trago muy amargo a toda la humanidad, nos quitó el derecho a despedirnos de nuestros difuntos, de ir a los estadios de fútbol, béisbol, conciertos y hasta de cumpleaños, nos aislaron de las calles como si viniese un holocausto o extraterrestres, primera vez que queda registrado en la historia de la humanidad que se detiene todo, los cielos se despejaron del tráfico aéreo, la desolación, tristeza y angustia impero en millones de humanos de la economía informal al ver que no podían llevar el sustento a sus casa, de millones de trabajadores que fueron despedidos por empresas porque no podían cubrir las nóminas.

Lo positivo de todo esto, fue que, por fin, la O.M.S., tomó en serio a un virus, que, si no se hubiera tomado la decisión drástica de aislar a los seres humanos, el número de fallecimientos hubieran sido peor que sus antecesores, aunque desde un principio se debió aislar a china, para evitar que toda la humanidad se viera afectada. La O.M.S. y los gobiernos del mundo, al saber de un nuevo brote deben aislar inmediatamente el radio de acción del área afectada, para que no pase de nuevo la humanidad por esta desagradable experiencia. Otro punto importante fue la reconciliación familiar, el quehacer diario no nos permite compartir con nuestros seres queridos sino cuando se pueda o por horas, tener a nuestros hijos en casa las 24 horas fue un reto que a quienes no estábamos acostumbrados, se vieron en la necesidad de establecer comunicación hasta de ser profesores, chef, psicólogos y de entretenimiento.   

El sector funerario Mundial no escapó de esta situación, vimos morir a muchos insignes empresarios y trabajadores, se obtuvo más experiencias sobre el trato a nuestros cadáveres, que no debemos seguir subestimando a estos microscópicos enemigos que acaban con vidas, aunque los que más se exponen son nuestros Tanatopraxistas, el resto de trabajadores no deben escatimar esfuerzo en su propia protección, los fabricantes de ataúdes, los cementerios y crematorios ya deberían observar nuestro futuro inmediato, nos falta 80 años para que se acabe este siglo XXI no está demás recalcar que todo el sistema de servicios funerarios debemos atender no más de 6.200 millones de defunciones, que los procesos de aceleración están activados, que vendrán nuevos retos de seguro más virus, guerras, catástrofe naturales y cualquier otras que generen muerte, por ello nuestro sector debe multiplicarse, tomando en cuenta que es necesario la creación de nuevas sedes, ampliación y creación de fábricas de todo tipo de ataúdes, de incrementar las tumbas horizontales o verticales, aquí radica la importancia de la gentrificación y todas aquellas las alternativas vigente en el mundo, no hay excusa para hacerlo, defender nuestro legado como los primeros en la línea de combate es nuestro eslogan, no los últimos en el eslabón sanitario. 

P. JULIO CESAR GILIBERTI LOPEZ

Con la colaboración de:

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  • LCDA. ARGELIA BRAVO
  • LCDA. ELDA PRIMERA
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