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La tanatopraxia en Argentina

A lo largo de la historia siempre existieron personas interesadas por la preservación de los cadáveres humanos. Hace más de 5.000 años el hombre ha comenzado una carrera de perfeccionamiento continuo en arte del embalsamamiento, para lograr conservar un fallecido en óptimas condiciones que soporte el paso del tiempo, esto puede ser por motivos personales, religiosos, educativos y/o proselitistas. Los avances en el campo de la anatomía y la química, han permitido científicamente que los tratamientos mortuorios sean cada vez más sofisticados y menos invasivos para los difuntos.

“Argentina, aporta a la historia mundial casos importantes como el hallazgo de momias y la preservación de una líder política y social”.

Las civilizaciones precolombinas nos dejaron un legado, en marzo de 1999 se descubren en un enterramiento andino en el noreste argentino tres momias incas a las cuales la llamaron “El Niño”, “La Doncella” y “La Niña del Rayo”. Los factores climáticos han llevado a que los cadáveres mantengan sus rasgos naturales sin mayor deterioro, el estado de preservación de las momias es excelente. Los tres cuerpos, portadores de historias y mitos de una civilización extinta descansan actualmente en el Museo de Arqueología de Alta Montaña de la provincia de Salta.

Nuestra historia mortuoria se ve enriquecida con la llegada en la década del 1920, a la ciudad de Córdoba del médico y anatomista español Dr. Pedro Ara, quien, en la facultad de medicina de dicha ciudad, logra preparados anatómicos mediante el empleo de la parafina y otras sustancias. Además, de la elaboración de piezas anatómicas con fines educativos, consiguiendo la preservación completa de dos cuerpos, uno se trataba de la hija de un médico de la ciudad y otro de un prestigioso compositor que después de su fallecimiento debió ser trasladado a su país de origen. Estos destacados trabajos permitieron al Dr. Ara, ser contratado el 26 de julio de 1952 para preparar el cadáver de la líder política y social Eva Duarte de Perón.

Por razones de seguridad durante la “Revolución Libertadora” en la década del 1950, el cuerpo de Eva Duarte es sepultado con la colaboración de la Santa Sede en el cementerio mayor de Milán en Italia, bajo el nombre de María Maggi de Magistris. Años más tarde, se hace el traslado a España donde el cadáver es entregado a Juan Domingo Perón, para luego y bajo la presidencia de Isabel Martínez de Perón, el cadáver es regresado nuevamente a Buenos Aires donde el Restaurador de piezas de Arte Domingo Tellechea hace trabajo de restauración sobre la difunta.

El embalsamamiento con fines funerarios en Argentina comienza a tomar lentamente interés a partir de la década de 1990, cuando el entonces empresario fúnebre Alfredo Péculo contrata al guatemalteco Dr. Mario Lacape para impartir las primeras charlas y cursos de “Tanatopraxia”, la técnica científica mortuoria que se implementa en las funerarias de Norteamérica desde hace una centuria.

Daniel Carunchio, sobrino de Alfredo Péculo, tiempo después comienza a capacitar a personas del sector funerario argentino en Tanatopraxia. El tiempo, la experiencia y el entusiasmo también llevo a que otros jóvenes funerarios como el mendocino Guillermo Mangione, y del interior de la provincia de Buenos Aires, Luis Briganti se destacaran como profesionales e instructores en la preparación de cadáveres mediante el empleo de la tanatopraxia.

A mediados de la década del 2000 y comienzo del 2010, Argentina recibió la visita de varios profesionales que oxigenaron los conocimientos de los embalsamadores practicantes en el país, ellos fueros: los colombianos Ing. Felipe Escudero y el Lic. Camilo Jaramillo; el Prof. Jean Monceau de Paris, Francia y una vez más al Dr. Lacape de Guatemala.

Argentina cuenta con tres entidades que nuclean a los Tanatopraxistas, una de ellas posee trascendencia internacional y nuclea a importantes profesionales latinos de las ciencias mortuorias. La Asociación Latinoamericana de Tanatopraxista, reconocida en el sector por sus siglas como ALT, es la que más se apoya estrictamente en su código de ética profesional llevando a sus embalsamadores asociados a brindar prestaciones de calidad, tratar con cordialidad a sus pares, unificar criterios educativos y fomentar profesionalmente el uso de la tanatopraxia en forma segura.

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Luis Briganti

Argentina. Soy tanatopraxista, fundador de la firma LABTA Química y socio fundador de la Asociación Latinoamericana de Tanatopraxistas (ALT), institución que nuclea a destacados tanatopraxistas latinos y europeos. Realizo trabajos de consultoría en el área operativa y técnica de diferentes funerarias de Argentina y Paraguay.

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