El Mundo

MALOS HUMOS

La contaminación ambiental puede causar daño cardiaco permanente a niños

Así lo sugiere un nuevo estudio realzado sobre datos de más de 350.000 niños de 5 a 12 años. La contaminación atmosférica no solo es dura para los corazones de los adultos, sugiere un análisis reciente que encontró que puede aumentar la presión arterial en niños de incluso apenas 5 años.

Los niños experimentaron aumentos en la presión arterial si tuvieron una exposición a corto plazo al aire contaminado con unas partículas más gruesas, o una exposición a largo plazo a unas partículas aéreas más finas, y esto también sucedió con la exposición a largo plazo al dióxido de nitrógeno, un contaminante del aire que es emitido sobre todo por los gases de escape del tráfico, constataron investigadores chinos.

“No es sorprendente, en el sentido de que nos ha preocupado que la contaminación atmosférica tenga un efecto en la enfermedad cardiovascular”, comentó el Dr. Richard Kovacs, director clínico del Instituto de Cardiología Krannert de la Facultad de Medicina de la Universidad de Indiana, en Indianápolis. “Lo que es sorprendente y nuevo aquí es que esté afectando a las personas a una edad tan temprana, en particular el aumento en la presión arterial, que puede tener consecuencias para toda la vida”.

Los niños que sufren de hipertensión son más propensos a mantener ese factor de riesgo en la adultez, lo que aumenta las probabilidades de enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular (ACV) más adelante en la vida, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.

Las conclusiones del nuevo informe se basan en los datos de más de 350,000 niños, de 5 a 12 años. Se reunieron los datos de 14 estudios anteriores que examinaron la asociación entre la contaminación atmosférica y la presión arterial en los jóvenes.

La exposición a la contaminación atmosférica de partículas más gruesas (llamada PM10) se asoció con una presión arterial (PA) sistólica elevada en los jóvenes. La PA sistólica es la cifra superior en una lectura, y se refiere a la presión dentro de las arterias cuando el corazón expulsa la sangre.

La exposición a largo plazo a las partículas finas (PM2.5), además de la contaminación de partículas PM10 más gruesa, aumentaba la presión arterial tanto sistólica como diastólica. La PA diastólica es la cifra inferior en una lectura, y se refiere a la presión dentro de las arterias cuando entre los latidos del corazón.

Esas partículas pueden incluir polvo, tierra, hollín, humo y gotas de líquido, anotaron los CDC. Las emisiones de las plantas eléctricas, las fábricas industriales y los vehículos contienen contaminación de partículas finas; las fábricas y las obras en construcción pueden producir unas partículas más gruesas.

Los hallazgos se publicaron en la edición en línea del 4 de mayo de la revista Journal of the American Heart Association. “No pudieron determinar la duración de la exposición a la contaminación atmosférica que implicaba, pero si se desarrolla hipertensión entre los 5 y los 12 años, es obvio que no conlleva mucho tiempo, o una exposición larga al aire contaminado antes de ver estos efectos”, señaló Kovacs.

La contaminación atmosférica podría estar aumentando la presión arterial de los niños al estresar sus cuerpos, anotó. El esmog también podría estar teniendo un impacto directo en la salud de los vasos sanguíneos, al hacer que sean menos flexibles.

“Nuestras sociedades especializadas consideran ahora a la contaminación atmosférica como un riesgo cardiovascular, junto con la presión arterial y el uso del tabaco y el colesterol”, advirtió Kovacs. “Aunque no se ha encontrado, como dicen, ‘en nuestra competencia’ como especialistas cardiovasculares, creo que ahora muchos sentimos que sí está en nuestra competencia. Es parte de la salud de la población, es parte de la salud pública, y necesita un mayor énfasis”.

La contaminación atmosférica es la cuarta causa principal de muerte en todo el mundo, y el aire contaminado provoca hasta 9 millones de muertes cada año, lamentó el Dr. Sanjay Rajagopalan, director del Instituto de Investigación Cardiovascular de la Facultad de Medicina de la Universidad Case Western Reserve, en Cleveland.

Pero el problema podría ser incluso peor de lo que se había estimado, porque las cifras de la mortalidad por la contaminación atmosférica no toman en cuenta a la hipertensión, que es en sí un importante factor de riesgo de muerte en todo el mundo, aseguró Rajagopalan.

“No estamos presuponiendo en estos cálculos cuántas muertes son mediadas por la contaminación atmosférica a través de los aumentos en la hipertensión”, aclaró Rajagopalan. “Aquí, estamos diciendo que un factor de riesgo provoca otro factor de riesgo, y por tanto mata a las personas”.

Las asociaciones entre la contaminación del aire y la hipertensión “se han notado en adultos y en todos los continentes, en todos los países en una amplia gama de poblaciones, y también con unos niveles bajos de contaminación atmosférica, como los de América del Norte, y con unos niveles muy altos, como en India y China”, añadió Rajagopalan.

Los investigadores, dirigidos por el Dr. Yao Lu, profesor del Centro de Investigación Clínica del Tercer Hospital de Xiangya de la Universidad Central del Sur de Changsha, China, recomendaron que se tomen de forma rutinaria mediciones de la presión arterial de los niños y adolescentes, para ver quién podría estar siendo afectado por el aire contaminado, además de otros factores de la hipertensión.

Basándose en los hallazgos, “me pensaría dos veces criar a mis hijos en una ciudad con problemas crónicos de contaminación atmosférica, si puedo elegir, pero quizá no pueda elegir dónde criar a mis hijos”, dijo Kovacs.

Se debe equipar a las escuelas con una mejor filtración del aire para proteger a los niños mientras estén en clases, sugirió Kovacs.

En los días que haya mucho esmog, los niños podrían usar un respirador N95 para protegerlos mientras estén al aire libre, planteo Rajagopalan, pero la mejor protección de todas sería reducir la contaminación atmosférica mediante la inversión en tecnologías verdes.

“Ahora sabemos que invertir en una economía verde no es una carga económica, sino un milagro económico, porque de verdad es una forma de transformar la economía al proveer más trabajos, y también es muy necesario para el ambiente”, enfatizó Rajagopalan.

Dennis Thompson – Health Day News.

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