Revisando la historia del COVID – 19

Recordemos como comenzó esta tragedia renombrada pandemia mundial por Covid 19.
El coronavirus SARS-CoV-2 que desató la pandemia a nivel mundial desde finales del 2019, hoy sigue más presente que nunca y desgraciadamente para los habitantes del planeta, no muestra síntomas de remisión.
Pero, ¿Cuáles son las cifras y la situación actual a nivel mundial? ¿cómo se comporta esta nueva sepa del coronavirus? Aquí te hago un pequeño resumen.
A día de hoy, 26 de enero de 2021, España ya ha superado los 2,6 millones de casos diagnosticados, golpeada por la tercera oleada del SARS-CoV-2, situación que, en la actualidad, es muy similar para la gran mayoría de los países del continente europeo.
En igualdad de situaciones está el continente americano, donde el virus avanza sin dar tregua, especialmente en Estados Unidos y Brasil que son dos de los países más castigados del nuevo continente, donde ya se han reportado el mayor número de casos (en el ranking mundial ocupan el primer y tercer puesto respectivamente) y la cifra más alta de muertos por la covid-19 en nivel global.
Otro gran foco lo encontramos en India (segundo del mundo con más casos), que es con diferencia, el país asiático más afectado.
Si hablamos de totales, más de 99 millones de personas en todo el mundo han sido diagnosticadas de coronavirus de las cuales, un total de dos millones han perdido la vida.
Pero ¿cuál es la situación en España en estos momentos?
Desde aquel pasado 31 de enero del 2020, que se identificó el primer caso de covid en España, el virus le ha sido diagnosticado a 2,6 millones de personas. De las cuales más de 57.000 han perdido la vida (cifras del Ministerio de Sanidad). Seguramente podrían ser muchos más ya que las cifras declaradas por las distintas instituciones del país difieren de forma abismal en número. Las muertes que la pandemia ha dejado según el INE (datos de los registros civiles) desde marzo dan un total de 75.000 personas fallecidas de más que en la media de los cuatro años anteriores.
El país permaneció en el 2020, durante más de tres meses en estado de alarma (entre el 14 de marzo y el 21 de junio), periodo en el que la población fue confinada en sus hogares para contener el contagio en la pandemia.
El año pasado en los momentos del pico más altos de la pandemia, especialmente entre finales de marzo y principios de abril, se llegaron a registrar más de 900 muertos diarios por Covid-19. No obstante en noviembre Sanidad notificó 9.200 muertes, el mes con más fallecidos desde abril.
Luego llegó la “nueva normalidad”, la etapa abierta tras el fin del primer estado de alarma, comenzó la desescalada paulatina, y cuando ya hubo una apertura total a nivel nacional, los españoles, como es normal, pretendíamos volver a hacer vida normal y así fue, en un instante se nos olvidó todo lo que habíamos pasado en esos 3 meses de encierro, salimos a la calle para juntarnos con los amigos que hacía tanto tiempo no veíamos, volvimos al pueblo de vacaciones, de viaje, al campo, nos fuimos a disfrutar de la playa, de la España rural, claro está…”porque el calor mataba el bicho”…y de repente esa libertad quedó aplastada por la segunda ola, seguida de una tercera que ha llevado a España a sobrepasar los dos millones de casos diagnosticados.
Las navidades y el fin de año fue distinto para todos, el Gobierno decretó un segundo estado de alarma durante 15 días, que se ha sido prorrogado con el beneplácito del Congreso. Las navidades fueron fechas muy duras para muchas familias que vieron sillas vacías en sus mesas, sillas que no volverán a ocuparse; pero aun así, las personas se volvieron a juntar y a celebrar a lo grande, dejando de lado la distancia de seguridad, la mascarilla y todo aquello que nos hace combatir este enemigo, si, volvimos a caer tras la relajación de las restricciones durante las festividades, y así el aumento de las cifras de contagio ha obligado a los Gobiernos regionales a endurecer las limitaciones. Dando rienda suelta a una guerra política que se retroalimenta del egocentrismo de los políticos de turno donde tiran balones fuera buscando un culpable por la nefasta actuación del gobierno, o sea, de ellos mismos, ya que deberían mirar hacia dentro y darse cuenta que este país necesita líderes que guíen la población con empatía y humanidad hacia las personas que después de casi un año siguen sufriendo las perdidas, perdida de seres queridos, pérdida económico-sociales, pérdida de autoestima y de confianza a nuestros gobernantes que solo saber mentir y hacer el ridículo con sus pataletas, como los bufones en el circo.
Pero hablemos de cómo ha cambiado el covid-19 desde marzo del 2020, ¿es posible que haya mutado? ¿qué se sabe de la nueva variante del virus detectada en Reino Unido que llevó a la imposición de una dura cuarentena en Londres y otras regiones como amplios sectores del este y sureste de Inglaterra y Gales?
Hay una simple y sencilla regla para valorar las noticias que hablan de una “nueva variante” o una “nueva cepa” de coronavirus y lo más razonable es preguntarse: “¿Ha cambiado el comportamiento del virus?”
Cierto es que un virus mutante suena instintivamente aterrador, pero mutar y cambiar es lo que hacen los virus. La mayoría de las veces es un ajuste sin consecuencias, el virus se altera a sí mismo de tal manera que se debilita al infectarnos y la nueva variante simplemente desaparece.
Por el momento no hay nada que sugiera que la nueva variante del coronavirus detectada en Inglaterra cause síntomas más graves o que afecte la capacidad de las vacunas, no obstante y según anunciaron autoridades británicas este sábado,(BBC) las investigaciones preliminares sugieren que esta nueva cepa puede transmitirse más fácilmente.
Hay dos razones por las que los científicos la vigilan de cerca. Por el momento no hay nada que sugiera que la nueva variante del coronavirus detectada cause síntomas más graves o que afecte la capacidad de las vacunas.
Desde su salto a los humanos hace aproximadamente un año, se han detectado unas dos mutaciones del Sars-CoV 2 cada mes.
La primera es que los niveles de la variante, detectada por primera vez en suelo británico en septiembre, son más altos en lugares donde se han registrado más casos.
Este sábado, al anunciar nuevas restricciones para ciertas zonas del país -similares a las del pasado mes de marzo-, el primer ministro británico, Boris Johnson, explicó …” que la propagación del virus en muchas partes de esta región está “impulsada por la nueva variante del virus”…” que no hay evidencia de que la nueva cepa cause síntomas más graves o una mayor mortalidad”
“Puede ser hasta un 70% más transmisible que la variante anterior”, agregó, puntualizando que son datos iniciales y están sujetos a revisión.
Hablemos ahora de ¿cómo ha afectado y está afectando a España está nueva cepa según los científicos a nivel mundial.
¿Cómo se propagó esta nueva” cepa española” durante el verano? Según la OMS, fue muy simple, la gente se contagió durante las vacaciones y luego la llevó a casa, pero harían falta más experimentos en el laboratorio para descubrir si esta variante realmente es más contagiosa que todas las demás.
El otro tema que interesa a los científicos es cómo ha mutado el virus. Qué se sabe de las diferentes mutaciones del coronavirus y cómo los científicos las están siguiendo en tiempo real…ellos han declarado que: “Tiene un número sorprendentemente grande de mutaciones, más de lo que cabría esperar, y algunas parecen interesantes”, dijo el profesor Nick Loman del Consorcio COVID-19 Genomics UK (COG-UK).
De todas ellas vale destacar dos tipos de mutaciones, dos conjuntos notables de mutaciones.
Ambos se encuentran en la proteína de pico, que es la llave que usa el virus para abrir la puerta a las células de nuestro cuerpo y apoderarse de ellas. La mutación N501 altera la parte más importante del pico, conocida como “dominio de unión al receptor”. Aquí es donde el pico hace contacto por primera vez con la superficie de las células de nuestro cuerpo. Cualquier cambio que facilite la entrada del virus probablemente le dará una ventaja.
“Se ve y huele como una adaptación importante”, dijo el profesor Loman.
La otra mutación -una supresión H69 / V70- ha surgido varias veces antes, por ejemplo, en los visones infectados en Dinamarca. De ellos conocemos la mutación de covid-19 hallada en visones en Dinamarca y qué nos dice del fenómeno conocido como “derrame inverso”, la preocupación ha sido que los anticuerpos en la sangre de los supervivientes parecen menos eficaces contra esa variante del virus.
Pero, una vez más, se necesitarán más estudios de laboratorio para comprender lo que está sucediendo realmente.
“Sabemos que hay una variante, no sabemos nada sobre lo que eso significa biológicamente”, dijo el profesor Alan McNally, de la Universidad de Birmingham.
“Es demasiado pronto para hacer alguna diferencia sobre cuán importante puede ser o no”, agregó.
¿Y las vacunas? ¿Cómo actúan en nuestro cuerpo?
Las mutaciones en la proteína de pico conducen a preguntas sobre la vacuna porque las tres candidatas principales -las desarrolladas por Pfizer/BioNTech, Moderna y Oxford/Astra Zeneca- entrenan al sistema inmunológico para que ataque el pico.
Sin embargo, el cuerpo aprende a atacar múltiples partes del pico. Es por eso que los funcionarios de salud siguen convencidos de que las vacunas funcionarán contra esta variante.
Este es un virus que evolucionó en animales y dio el salto a infectar a las personas hace aproximadamente más de un año; desde entonces, y como ya he mencionado anteriormente, se han estado detectado unas dos mutaciones al mes: toma una muestra hoy y compárala con las primeras de Wuhan en China y habría alrededor de 25 mutaciones de diferencia.
El coronavirus todavía está probando diferentes combinaciones de mutaciones para infectar adecuadamente a los humanos.
Ya hemos visto que esto sucedió antes: muchos consideran que el surgimiento y el dominio global de otra variante (G614) es un ejemplo de la mejor propagación del virus.
Pero pronto la vacunación masiva ejercerá un tipo diferente de presión sobre el virus, que tendrá que cambiar para infectar a las personas que han sido inmunizadas.
Y si esto impulsa la evolución del virus, es posible que tengamos que actualizar periódicamente las vacunas, como hacemos con las de la gripe.
Sólo nos queda seguir todas las normas de seguridad que nos ha aconsejado la OMS, estar al día de sus actualizaciones y ser conscientes que está guerra la debemos ganar entre todos, sin importar el color, la etnia, el estatus social – económico, el idioma o la religión, ya que el SARS-COV-19 no hace distinciones, y está vez solo depende de nuestras actuaciones para cuidar de nuestra salud, nuestro futuro y el de las personas que amamos. Pasar a la acción como un equipo y trabajar juntos para dejar de lamentar tantas pérdidas y las próximas navidades las sillas estén ocupadas por quienes amamos y tenemos cerca el día de hoy.