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¿Tanatólogo, Tanatopraxista o “Tanatohablador”?

Desde ya hace un tiempo a la fecha, estamos presenciando en las redes sociales el surgimiento de “novedosos gurúes” ofreciendo cursos, capacitaciones, productos, servicios y “mágicas innovaciones” en torno a la ciencia de la Tanatología y a la profesión de la Tanatopraxia. Pero lo que llama la atención, es que se denominan a sí mismo como profesionales de estas importantes disciplinas en el sector funerario; y más alarmante aún, es que engañan y confunden a empresarios y empleados del sector con la promesa de “técnicas innovadoras”; “alucinantes productos para la venta”; “excelentes beneficios y ganancias”; “diplomas internacionales”, y así, una extensa fila de promesas y garantías de éxito…que después no pueden sostener.

La confusión que este tipo de “actividades”, provocadas por estos autodidactas profesionales y maestros del ilusionismo, repercute en forma negativa en el desarrollo de las empresas y en muchos casos, provoca la pérdida laboral de algún mando medio en la empresa y también una gran pérdida económica, ya que la inversión que se realiza por parte del empresario para aplicar las “teorías alucinantes” de estos “Tanatohabladores”, nunca se recupera con la promesa del éxito.

Otros, en su buena fe y necesidad de conseguir trabajo, se autoproclaman como tal o cual, sin tener claramente conocimiento de cuál es su real rol dentro de una organización funeraria.  Hace pocos días, leí en la red un aviso que decía: “Tanatologo chofer se ofrece para trabajos en funerarias”. También somos conscientes que muchas veces, determinada terminología es producto del vocabulario, uso y costumbre de cada lugar de nuestra América Latina. Pero hay que decirlo en voz alta un funerario, un empleado de funeraria, o cualquiera sea su rol dentro del sector no es Tanatologo o Tanatopraxista, sino tiene un título universitario o que respalde que ha estudiado en alguna institución o con algún profesional de reconocida trayectoria.

Encontramos aquí, una especie de agujero negro y en muchos casos, un vacío legal y hasta corporativo, dónde no se separa una cosa de la otra. Sabemos también, que muchos profesionales están dando esta batalla y hay que sumar esfuerzos para erradicar de una vez por todas esta “competencia desleal”.

Hemos discutido y analizado mucho con nuestros profesionales de ambas áreas en AE y más allá de su calificada opinión y objetiva posición, en AE entendemos que se hace necesario comenzar a separar “la paja del trigo”, para poder aportar nuestro grano de arena en el esclarecimiento de estos temas, y que las empresas a la hora de contratar profesionales en estas áreas exijan garantías.

Tanatopraxia
  • Lucina Canino, desde EEUU, pone “luz” al tema:

¿Que es un Tanatologo – que hace – donde se estudia?

Etimológicamente esta palabra viene del griegoTanatos. “Tanatos” en la mitología griega es el dios de la muerte (hijo de la noche); y “logos”, tratado o estudio (tratado o estudio sobre la muerte.)

¿Pero, que es la tanatología? – Es una disciplina científica. Es un estudio multidisciplinario. La tanatología se nutre de la medicina, la enfermería, la psicología, el trabajo social y las grandes religiones.  

Aunque se habla de la muerte, se ocupa más de la vida que de la muerte. Se ocupa de que las personas vivan con calidad y con dignidad y luego trabaja con las perdidas y con la elaboración de las mismas.

El término de tanatología fue acuñado en el año 1901 por el medico ucraniano Elie Metchnikoff en el año 1908. Metchnikoff recibió el premio Nobel de Medicina por su trabajo que culmino en la teoría de la fagocitosis.  

En un principio la tanatología fue considerada como una rama de la medicina forense, que trataba de la muerte y todo lo relacionado a los cadáveres desde el punto de vista médico legal.

A mediados del siglo pasado, dos psiquiatras, el Dr. Eissler en su obra “El psiquiatra y el paciente moribundo”, y la Dra. Elisabeth Kubler-Ross en su libro “Sobre la muerte y los moribundos” en 1969, le dieron a la Tanatología otro enfoque que ha prevalecido hasta la actualidad.

Es la Dra. Elisabeth Kubler-Ross quien se da cuenta de los fenómenos psicológicos que acompañan a los enfermos en fase terminal durante el proceso de la muerte. 

Es ella a través de su labor quien hace sentir a los moribundos miembros útiles y valiosos de la sociedad y para tal fin creo clínicas y hospicios, cuyo lema es: ayudar a los enfermos en fase terminal a vivir gratamente, sin dolor y respetando sus exigencias éticas; por lo que se le considera la fundadora de esta nueva ciencia.

Una característica importante de la tanatología como rama de la medicina, consiste en facilitar al enfermo terminal, todos los cuidados paliativos necesarios en cualquier ámbito de acción, y ayudar a la familia del enfermo, a sobrellevar y elaborar el proceso del duelo producido por la muerte de este.

Desde la perspectiva psicológica, está enfocada, a establecer entre el enfermo en tránsito de muerte, su familia y el personal médico que lo atiende, un lazo de confianza, seguridad y bienestar, además de propiciar en el enfermo terminal, los cuidados necesarios que le aseguren una muerte digna y en paz, para ayudar al paciente terminal a dejar esta vida con dignidad.

¿Y la tanatopraxia, que es, dónde se estudia, que implica, quien certifica un tanatopraxista?

La tanatopraxia viene del griego Tanatos (Muerte) y praxia (practica). Pareciera significar: practica de muerte o con la muerte. 

Pero la Tanatopraxia es el conjunto de procedimientos que se realizan con los cadáveres, para su limpieza, conservación, higienización embalsamamiento, bien sea para que tenga una buena presentación ante los dolientes y amigos, cuando se le rindan las honras fúnebres o para la extracción de órganos de acuerdo con la legislación vigente. Los profesionales que realizan tales procedimientos reciben el nombre de tanatopractores.

Dichos procedimientos son comunes por parte de las empresas de servicios funerarios y por las facultades de medicina que requieren conservar los cadáveres para estudios prácticos de anatomía de medicina legal o forense.

Y lo resume de esta forma: “Tanatopraxia es el conjunto de técnicas empleadas para evitar o retardar la descomposición de cadáver, embalsamamiento o conservación y restablecer su apariencia; así pues, la tanatoestetica o maquillaje y tanatoplastia o recomposición son parte de la tanatopraxia.

tanatopraxistas
  • Desde España, Carmen Olmeda, también aporta sus conocimientos:

La diferencia entre Tanatologo y Tanatopractor, debo decir que el Tanatologo en España es un médico que ha terminado sus estudios de medicina, ha realizado sus prácticas y al final ha realizado una especialidad.

El Tanatopractor es la persona que se encarga del arreglo del cuerpo en la funeraria, tanto del arreglo estético como de la realización de una conservación o embalsamamiento.

Para trabajar como tanatopractores estamos intentando que la persona que realice estas funciones tenga un certificado de profesionalidad en Tanatopraxia, lo que acredita la capacitación para el desarrollo de una actividad laboral.

Un certificado de profesionalidad configura un perfil profesional entendido como conjunto de competencias profesionales identificables en el sistema productivo, reconocido y valorado en el mercado laboral.

  • Desde Colombia, Yaneth Rubio, con toda su experiencia afirma:

Las empresas funerarias, deben trabajar fuertemente en la recuperación de una función propia del ejercicio funerario, una oportunidad de rehabilitación del buen nombre y buen hacer de la profesión, para la mejor atención de la sociedad.

Saber que la labor de la funeraria no concluye con llevar el cadáver al panteón, comprender que los dolientes deben recibir a través del debido acompañamiento herramientas para la elaboración y recuperación de su Duelo, se convierte hoy en la premisa de la humanización de la industria de la muerte.  La tanatología y la tanatopraxia dentro de este contexto, juegan un papel fundamental y supremo. Es necesario que quienes impartan estas funciones, sean profesionales capacitados, profesionales que actúen con ética; y que las empresas miren bien a la hora de contratar estos profesionales.

  • Nina Maluf, desde Brasil, advierte:

En Brasil, es común que algunos buscadores de clientes de la escuela de tanatopraxia utilicen el término “Tanatologo” para atraer estudiantes, usurpando criminalmente el término que solo deben usar aquellos que tienen un título universitario y un posgrado o doctorado en el área de Tanatología. Algunos falsificadores ni siquiera tienen educación escolar básica, pero usan la buena fe de personas desprevenidas que desean ser Tanatopraxistas, estas personas, incurren en delitos de falsedad ideológica y estelionato (fraude), constituyendo un delito sancionado judicialmente con cárcel.

Desde distintas organizaciones del sector funerario en Brasil, se está buscando incesantemente crear un departamento que supervise y ponga fin a este tipo de situación que “ensucia”, tanto el mercado funerario, como a aquellos que realmente deberían supervisar, prohibir y corregir estas y otras situaciones que solo actúan con fines de lucro, cobrando cuotas mensuales en beneficio propio. No hacen nada para cambiar la situación, siendo por lo tanto, cómplices de una actividad que toma el espacio de quienes enseñan por amor y por el bien del mercado funerario, y cuya acción se refleja incluso en el entorno familiar de los profesionales, después de todo, todos moriremos un día.

  • Desde Argentina, Luis Briganti aclara:

“Desde el lugar que me corresponde, como tanatopraxista formado por los principales maestros y profesionales del sector latinoamericano y europeo, puedo decir tranquilamente, que un buen profesional de tanatopraxia, no se hace ni se forma con el solo hecho de haber tomado un par de cursos”. La formación permanente, la práctica y conocimiento se adquieren con mucho esfuerzo. Las empresas funerarias, a la hora de incorporar a profesionales y/o contratar técnicos para capacitar su personal, buscando mejorar así la calidad de sus servicios, debe enfocarse a la búsqueda de técnicos especializados, con respaldo, trayectoria, y dentro de lo posible, con certificaciones que puedan acreditar su status. Esto último es muy complicado, porque en la mayoría de los países de Latam, la situación es tierra de nadie y las normativas y regulaciones son prácticamente nulas. Estamos trabajando para cambiar esta situación, dentro de poco tiempo vamos a poder dar noticias al respecto.

Desde AE, invitamos a las distintas asociaciones, cámaras, federaciones y profesionales del sector funerario de toda América Latina, a trabajar en forma conjunta en la discusión del tema y comenzar a elaborar un plan de trabajo en conjunto para poder entre todos, lograr un protocolo de ética profesional de estas dos disciplinas dentro del sector funerario, para así lograr una normativa regional certificada, que permita a los empresarios del sector funerario tomar decisiones correctas y contratar personal debidamente formado, con trayectoria y con ética moral.

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Ricardo López De Lacalle

Director Ejecutivo. Soy consultor y asesor independiente para la gestión y desarrollo de proyectos de estrategia e innovación en el sector de servicios sociales y la industria exequial. Con fuerte impronta en la implementación de valor agregado y redes empresariales. Asesoro a empresas de servicio funerarios, cementerios parques privados, crematorios, organizaciones de asistencia médica - privada, gobiernos provinciales y/o departamentales, tanto en Uruguay como en otros países de América Latina.

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